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Chrono Pirates [ Relato Corto]

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Bueno este es un pequeño relato que escribí hace unos años que me llevo a ganar un premio de relatos cortos acá en Montevideo ( Uruguay).quería compartirlo con ustedes y espero que sea de su agrado. También estoy con un proyecto de una novela fantástica que aun no termino pero me queda mucho, por lo que pensé en publicarla aquí un capitulo por semana pero no se si se puede o si quedara bien ustedes me dicen.

Sin mas preámbulos les dejo el relato. Quiero decirles que esta en formato doble espacio ya que así lo tenia guardado en la PC y creo que les resultara mas fácil a la hora de leerlo.( acabo de darme cuenta que cuando lo pase a la pagina quedo en formato normal , bueno Xd)


Ésta obra está registrada. Todos los derechos reservados. Queda totalmente prohibido su uso comercial y su distribución.





Chrono Pirate
El Cofre del Destino



-¿Estás  listo?-
-¡Claro abuela!, ¿que historia me contaras hoy?
-Hoy te voy a contar una de mis historias favoritas, la del temible pirata Roger. Presta atención-.


Las costas de el océano se hallaban tranquilas esa tarde cuando los piratas comandados por Roger se encontraban en pleno sabotaje. Los barcos enemigos no tenían  ninguna otra opción que rendirse ante el devastador poder que tenía esa banda pirata. No había otra tripulación  ya sea de piratas, bucaneros o filibusteros que no temblara al escuchar el nombre de los piratas de Roger. Desde el grumete mas joven hasta el mismísimo capitán tenían recompensas que superaban los millones de monedas y cargaban sobre sus hombros una reputación  temible. Pero  sin duda la fuerza mas importante de aquella banda era Calico Roger, el temible capitán. A pesar de la fama que tenia en las aguas caribeñas, Roger solo tenia 23 años de edad , algo joven para un pirata de esa reputación. Muchas leyendas hablaban de su temible habilidad de sabotaje, combate y liderazgo,pero estas leyendas no se limitaban extenderse entre  la población y los marines si no entre los mismos piratas que asechaban las costas americanas. Uno de los mas grandes enemigos de Roger era un almirante de la Marina. Lo había visto un par de veces comandando algún batallón y sabía que era conocido por tener mas de la mitad de su rostro quemado lo que lo hacía casi irreconocible. Roger no sabia porque pero el le tenia una particular rabia , aunque todos le tenían rabia en realidad.  


Algunas leyendas decían que el solo echo de cruzar la mirada con Roger  significaba la muerte, o que al ser abordado, uno no podía moverse de la maldad que emanaba de su cuerpo. Pero de todos los cuentos que rodeaban a Roger el único que se podía comprobar era el echo de porque se había convertido en pirata. La personas de la isla tortuga sabían bien esta historia. Era una de las historias preferidas de Calipso una vieja chaman. La madre de Roger, Elizabeth,que era almirante de la marina tubo que huir de tortuga después de ser injustamente tratada de traidora,junto con su marido y padre de Roger; Bartolomeo, huyeron en un pequeño barco en mal estado que encontraron en el muelle. Los marines persiguieron a la familia Roger hasta que llegaron al famoso Triangulo de la Muerte, lugar plagado de leyendas sobre desapariciones, barcos fantasmas, monstruos marinos, etc. Sin tener  escapatoria el padre de Roger, Bartolomeo, abandono el barco en un acto de valentía y se enfrento a los marines con el fin de poder ganar tiempo mientras su esposa huía del lugar. Luego de una larga lucha los marines asesinaron a Bartolomeo y lo peor fue que su sacrificio fue en vano , cuando Elizabeth y Roger cruzaban el Triángulo un rayo enorme calló sobre su navío dejando la embarcación reducida a pedazos de madera flotantes y velas incendiadas. Elizabeth murió en el incidente pero Roger presenció tal vez el milagro mas grande que las aguas caribeñas hallan vivido jamás, el joven de tres años sobrevivió, fue encontrado por la misma Calipso en su isla  y luego de tres meses de estar inconsciente y gracias a las habilidades medicas de la chaman pudo sobrevivir . Cuando Calico Roger cumplió los trece años decidió salir al mar, a pesar de las advertencias de Calipso sobre su compromiso con la justicia, al fin y al cabo los marines nunca supieron de su paradero y si se enteraban que el hijo de una traidora estaba en el mar no durarían en ir contra el. Esto lo único que hizo fue animar a Roger aún mas a convertirse en pirata, ir contra los que mataron a sus padres lo hacían tener una razón para vivir. Pero no era solo es el motivo de su salida al mar. Una de las razones mas significativas era poder regresar al lugar donde su vida había cambiado , al Triangulo  de la Muerte. No sabía si era una especie de desafió o de ofrenda a sus padres muertos pero el echo de cruzar ese fatídico lugar lo hacía encender aun mas su llama interior. No eran pocas las noches en que Roger despertaba en su cuarto con el ruido de aquel rayo en su mente, un ruido aterrador .        
Nadie sabe como un niño de trece  años logro robar un  galeón de la marina y dejar fuera de combate a cuarenta marines armado. Desde ese momento se  convirtió en uno de los piratas mas temidos y buscados por la marina y caza recompensas.  No solo por la fama de su madre si no por sus propios méritos. Luego de esto nadie sabe con certeza cuales fueron sus viajes, pero en diez años había recolectado una tripulación de mas de cien hombres y había aumentado el temor que la gente le tenia. Los rumores y las leyendas se extendieron todo el mundo. Los piratas mas temidos caían ante el poder de su banda y algunos de ellos pedían unirse a su tripulación. Lo cierto en que en menos de diez años el nombre de Calico Roger se convirtió en tabú  en  las islas caribeñas y el temor de los marines y comerciantes de todo América aumento increíblemente.


Los testigos de sus actos confesaban haber tenido un miedo tan grande al ver su bandera alzarse en el horizonte que los había paralizado. Algunos decían que el era un demonio sin corazón, otros decían haber sido tratados amablemente para ser un pirata. Pero un testimonio que concordaba con todos sus victimas era el extraño brillo en sus ojos, una chispa azul iluminaba  su rostro, como si una onda de electricidad cubriera su cuerpo.
Lo cierto es que solo sus tripulantes sabían con certeza como era el capitán en realidad. Un hombre alto y delgado que siempre llevaba ropa ancha con botas de cuero adornadas con cascabeles  que las victimas oían antes de ser atacados. Llevaba el pelo largo, recogido con una bandana  negra, tenia los brazos llenos de tatuajes ,el torso y espalda llenos de marcas y cicatrices de batalla. Tenia una cicatriz en el ojo izquierdo , el cual siempre mantenía cerrado. Su pelo era negro como la noche y como la gente decía su ojos siempre brillaban con una chispa  azul eléctrica que intimidaban al enemigo al punto de paralizarlos. Calico casi nunca luchaba con otros piratas ni marines al menos que las fuerzas de sus hombres no fueran suficientes. Tenía una gran destreza en el manejo de  todo tipo de armas de combate como fusiles, cañones, floretes, sables , etc. Y a pesar de como mucha gente decía, era muy amable con sus subordinados, teniendo reglas bastante flexibles lo que le facilitaba la confianza con sus compañero. A pesar de considerar a todos sus tripulantes como amigos, tenia entre todos algunos especiales con los que debatía cosas importantes y dentro de ellos se hallaba Marcy Bonnies, la única pirata mujer en su barco y probablemente en todo el caribe. Roger había encontrado a Marcy encerrada en un  barco de trafico Francés  que el había atacado en sus comienzos como pirata y si no fuera por Calico tal vez en ese momento la chica habría sido vendida en la isla mas cercana. A pesar de las negativas de los ,para ese entonces pocos tripulantes, el capitán Roger acogió a la muchacha y la trató como una igual. Lo cierto es que Bonnies luchaba igual o mejor que cualquier hombre y tenia conocimientos médicos superiores a los de cualquier pirata. Los tripulantes de Roger sabían muy bien que la chica tenia tratos diferentes por parte del capitán y no se atrevían a meterse con ella , al menos que quisieran sufrir algún castigo severo. A pesar de que Roger siempre lo negaba la respuesta a sus compañeros , todos sabían que el sentía algo mas que aprecio por sus habilidades y su relación no era como de compañeros cercanos como el solía decir. Los pocos recuerdos que Roger tenia de su madre se alojaban en el sentimiento que le tenia a Marcy. Calipso le había contado muchas historias sobre su madre y siempre llevaba con el un dibujo de ella echo por el mismo; Elizabeth era una mujer  joven, tenia el pelo rubio y aunque fuera solo en su dibujo ella mantenía una sonrisa eterna que siempre lo tranquilizaba. La chaman siempre le decía que era tan testarudo y problemático como su padre aunque esto solo lo animaba a hacerse mas fuerte. Aunque luego de unos cuantos años, cuando Roger volvió a tortuga después de sufrir una herida en uno de sus ojos, en el tiempo que estuvo allí se entero de una verdad dolorosa. En realidad no había sido el padre quien se sacrifico por el y por su madre, si no un extraño que estaba en ese momento en la orilla de la isla, nadie sabe si tal vez fuera amante de Elizabeth, el dueño del barco en el que huyeron, o una simple alma caritativa que se apiado de aquellos dos y los ayudo a escapar. Pero al fin y al cabo el se había sacrificado para que hoy Roger estuviera vivo y si no fuera por aquel rayo , también su madre.    

 
En el tiempo que estuvo en esa isla el recuerdo de su padre sacrificando su vida para salvarlo lo había animado a seguir adelante, el echo de que no fuera su padre y fuera un extraño no lo deprimió ,si no todo lo contrario, estaba mas animado a conseguir una gran vida en honor a ese anónimo héroe, aunque por mas que pensara no podía entender como una persona daría su vida por alguien desconocido, no era algo que el haría. A pesar de que Roger se enfado con Calipso por no haberle contado esto antes, siempre  guardaba un recuerdo feliz de la vieja chaman y siempre que podía, traía algunos cofres de oro a la isla.


Había mucha gente allegada a Calipso que decía que en realidad esta historia tampoco era cierta, la verdad era que salvo ella, nadie sabia con exactitud que había pasado hace diez años en el Triangulo de la Muerte. Roger tampoco se quedaba conforme con la historia de Calipso pero aun así era lo único en lo que podía creer y era una historia que lo hacía feliz así que en ella decidió creer.   

             
Una mañana los piratas de Roger se encontraban en las costas americanas , en una isla llamada “ Destino” cerca de las Antillas Españolas . El galeón de Roger  o “El Barredor”  como le solían llamar, llego a la isla y antes de que algún comerciante o ciudadano pudiera reaccionar los piratas habían echo su trabajo; Los comercios habían sido saqueados y algunos mercaderes que se había resistido noqueado o asesinado, los barcos de la Marina habían sido incendiados y los propios marines dejados fuera de combate. La banda de Roger no mataba a ninguna victima al menos que fuera necesario y muchas veces los tesoros se tiraban al mar si no cabían en el barco, lo que aumentaba el odio que le tenían comerciantes y otros piratas. El capitán se encargaba de revisar cada uno de los tesoros que su tripulación encontraba o robaba y juzgaba si era necesario o no.


Aunque la verdaderas intenciones por el cual ese día los piratas habían llegado a esa isla solo algunos de los tripulantes mas cercanos como Marcy sabían. Calico buscaba  la piedra de una leyenda que  una bruja de una isla le había contado al comienzo de sus viajes como pirata. Según la leyenda esta piedra le permitiría cruzar el mar de el Triangulo de la Muerte sin problemas. No estaba seguro de que esas leyendas fueran ciertas, el era un tipo que no creía en esas cosas pero algo le decía que necesitaba esa piedra para cruzar el triangulo. O tal vez  el echo de encontrar primero esa piedra estaba inconscientemente  retrasando el echo de volver a ese lugar tan traumático lo mas posible.


- ¡Tew!, ¡encargate del resto, quiero comprobar algo!- la voz del capitán  resonó en la costa de aquella alejada isla. Jack Tew era el segundo al mando de “El Barredor” era de los mas confiables de sus compañeros junto con Edwards Bons, habían sido de los primeros en unirse a su tripulación.    
Roger se separo de sus compañeros por un momento y se adentro en un pequeño bosque en la isla . El bosque no era muy frondoso ni extenso por lo que pensó que el solo podría encargarse. Los antiguos indios solían guardar los tesoros en los bosques para evitar que los piratas robaran sus pertenencias , así que le pareció pertinente revisar el lugar. Roger cruzo sin problemas el bosque hasta que llego a una pequeño elevamiento en el terreno. Cuando lo escalo pudo ver que en lo alto había un gran cofre negro con rebordes dorados que estabas desgastados y oxidados. Se acerco cuidadosamente hasta el y leyó  las inscripciones que tenia en la parte superior . El tesoro pertenencia a David Jones, o eso decía. Calico había escuchado leyendas en torno a ese nombre, decía que David Jones era un pirata que había sido condenado por un demonio a guardar su alma en un cofre bajo el fondo del mar hasta que algún pirata audaz lograra llegar a el y abrirlo, entonces el fantasma de Jones seria liberado por fin de su castigo eterno.  A decir verdad Roger sabía que mucha gente grababa el nombre de Jones en sus propios tesoros para evitar que algún intruso lo abriera, era un truco muy viejo por lo que no le presto importancia y lo abrió. En el habían un montón de monedas de oro, algunas joyas y piedras que brillaban pero ninguna era la que el capitán Roger buscaba, tal vez el rumor que lo había llevado hasta allí no era cierto, como muchas veces le había pasado en otras islas. Pero cuando sus esperanzas en esa isla estaba acabando en el fondo del cofre hallo algo que lo hizo feliz. Brillando en el opaco final del cofre se hallaba una piedra negra que brillaba extrañamente. De repente desde la piedra empezó salir una gran humareda negra que cubrió todo a su alrededor. Roger se encontraba en el medio de ese  extraño fenómeno con una mezcla de sorpresa y preocupación. Desde las oscuridad de provocaba el humo empezaron a surgir algo que a Roger le parecieron luciérnagas pero que brillaban mas intensamente. En un instante se juntaron al rededor de unas cien de esas luciérnagas y brillaron tan fuertemente que encandilaron al Capitán que cerró los ojos  y en otro instante sintió como se desvanecía y perdía el conocimiento.


Ahora se sentía húmedo, sintió unas aves que cantaban en la lejanía y cuando abrió los ojos  sintió como si dolieran por los rayos del sol, era una sensación que ya había sentido antes pero no puedo recordar cuando, mas bien no podía sacar de su mente el asunto de las piedra, sin duda había sido el sueño mas raro que había tenido. Se sentó sobre la arena húmeda y miro a su alrededor, pudo ver que estaba sobre una pequeña meseta sobre un bosque tupido, sin duda parecía el mismo lugar que antes y Roger empezaba a pensar que tal vez no había sido un sueño. Pero hubo algo que se lo confirmó rotundamente, el cofre de David Jones se hallaba a su lado, Calico no era una persona fácil de sorprender pero definitivamente estaba increíblemente sorprendido y un poco asustado lo que hería su orgullo y lo hacía estar también enfadado . Cuando alzó su cabeza para ver dentro del cofre se sorprendió al encontrarlo vació por completo, y no solo eso si no que estaba mas nuevo y reluciente que cuando lo encontró. Antes de que pudiera pensar otra cosa, un ruido extraño que venia del bosque lo sorprendió y lo hizo ponerse de pie, tanteo su sable que tenia atado a la cintura y con la otra mano sujetaba un pistola. Luego recordó que no habría una persona en el mundo que se atrevería a tenderle una emboscada y tampoco habría nadie que no reconociera su barco que estaba en la orilla de la isla. Aun así le resultaba muy extraño, no le había parecido que el bosque fuera tan tupido y sus arboles fueran tan altos. De repente desde la maleza salio un tigre abriéndose paso entre el alto pasto que le cubrían casi hasta la cabeza. El felino lo miraba atentamente y gruñía como si estuviera enfadado. Roger desenvaino el sable e intento bajar de la meseta desde el lado opuesto a donde el tigre lo esperaba, pero cuando termino de bajar se encontró con un persona, estaba desnuda sin ser por un  taparrabo que cubría su entrepierna, tenia una mascara en forma de tigre y llevaba una lanza en su mano. Calico no sabía que planes tenia ese tipo así que lo apunto con su pistola pero antes de terminar la acción el extraño se lanzó a atacarlo, Roger esquivo el golpe y respondió con una estocada de su sable lo que fue suficiente para tumbar al tipo, pero el tigre había llegado asta su lado y ahora estaba mas furioso,  el capitán sabía que por mas reputación y valía que tuviera  en ese momento no le servia de nada ante una bestia de ese tamaño, así que empezó a correr entre los arboles en la dirección contraria por la que había llegado a ese lugar.
Corrió lo mas rápido que sus piernas le dejaron y aunque le parecía que el tigre no lo estaba persiguiendo no quería arriesgarse a detenerse. Corrió hasta que llego a la orilla de la isla,  pensó que seguramente sus camaradas lo estarían buscando,pero no solo no encontró a nadie si no que su barco tampoco estaba. Lo que si vio fue a unos veinte enmascarados como el de antes . No había escapatoria si quería salir de allí tendría que sacarse de encima a esos tipos y aun así no tenía un barco con el cual huir. Miro sobre su hombro y detrás de el, desde el mismo bosque donde el había escapado, veinte nuevos salvajes aparecieron. Pero hubo algo que le devolvió la esperanza, un pequeño barco, no parecía muy seguro pero no era momento de ponerse quisquilloso.


Los salvajes no tardaron en cargar contra Roger que con un mandoble de su espada se saco de el medio a unos diez enemigos y luego corrió en dirección al bote pero otros sujetos lo custodiaban. Corto sin piedad a algunos enmascarados hasta que llego al bote donde también corto a los que estaban cerca. Sin duda la fuerza de Roger era mas de una simple leyenda, sin perder tiempo subió al barco y se alejo de aquella isla.
Mientras flotaba en el mar, intento pensar en lo que había sucedido pero no podía  aceptar la idea de que su tripulación lo hubiera abandonado en esa isla, tampoco recordaba que esos salvajes estuvieran allí cuando llegaron, definitivamente la isla no era la misma, aunque sus paisajes eran muy parecidos. Roger intentó no pensar mas pero la ira lo consumía, había perdido la única pista que tenia sobre la piedra y había sido abandonado por su tripulación. Pero antes de que pudiera seguir pensando llegó a la orilla de una isla. Amarró el barco como pudo a un improvisado muelle y se adentro en la ciudad.
Era la isla de Tortuga, aunque casi ya no quedaba nada de la isla donde el había nacido ahora esa isla era una especie de centro de reunión de muchos piratas ya que tenían muchos bares y tabernas donde gastar el motín, embriagándose y haciendo fiestas, un lugar peligroso para una ciudadano normal pero un festín para un pirata. Los piratas de Roger eran siempre bien recibidos por todos por su gran reputación. Aunque había que tener especial cuidado ya que en la zona central de la isla se solían reunir muchos marines, aunque su mayoría era corruptos que se dedicaban al tráfico o a negocios turbulentos en general, no dejaban de ser marines.
A Roger le pareció que esa isla  estaba algo cambiada pero intento ignorar eso y entró en la primera taberna que había en el camino. Cuando estuvo dentro se sorprendió, había muchos piratas haciendo escándalo,peleando, tirando botellas a las paredes, gruñendo y golpeando todo lo que se le cruzaba. Pero lo que le sorprendió es que ninguno de los presentes le había prestado atención, nadie volteo a mirarlo ni siquiera el tabernero. De pronto un pirata ebrio se le acercó


-¡Ey!, nuevo, porque no te pierdes, no sabes que tienes que...- antes de que el tipo dijera otra palabra, Roger lo tomó del cuello y lo levantó.
-No soy de alardear, pero no soporto la falta de respeto, ni entre piratas, ¿ No sabes quien soy ?- Roger parecía furioso
-¡Aahaa¡ bastardo- El pirata hacia un esfuerzo por zafarse de las manos de Roger pero era inútil. En ese momento los demás piratas fueron contra Calico con sables y pistolas .


-¡Maldito que te crees!- Grito uno de los piratas que estaban mas cerca. Roger arrojó al  que tenía en su mano hacia la montonera de salvajes que se le venían encima, lo que hizo que se tumbaran. Roger desenvaino el sable y cortó a todos los atacantes dejando solo intacto a el tabernero que lo miraba con sorpresa.


-¿ Donde esta la cartelera?- Dijo Roger con vos firme, refiriéndose a la cartelera donde estaban los papeles de recompensa.
El tabernero no contesto pero señaló temblando un rincón del bar donde estaban colgados los carteles.
-Gracias- Dijo Roger mientras caminaba hacía la cartelera mientras se sacaba del camino a los piratas  que molestaban en el piso. Como lo había supuesto, su cartel no estaba. Esos piratas no lo conocían, era la única razón que encontraba para que lo hayan atacado.
Antes de salir del bar fue interrumpido por el tabernero que hablo con un poco de miedo en su voz.
-Perdón señor pero, es mejor que no se acerque a  la ciudad, escuche que hoy ahí muchos marines y podría ser peligroso.
-Gracias- Dijo Roger y le lanzo una bolsa de oro que le había sacado a  un pirata ebrio. Luego empezó a caminar en dirección al muelle cuando escucho a unos marines hablar, decían algo sobre invadir una isla de indígenas al Este, sin duda hablaban de “Destino” , si esos tipos sabían sobre la isla tal vez sabrían algo de la piedra. Era una idea algo descabellada pero era de lo único que se podría aferrar. Empezó a seguir a los marines a una distancia que le permitía escuchar la conversación sin ser descubierto. La idea de la marina era ocupar esa isla para fines comerciales, algo así como un ciudad de paso para los comerciantes de los alrededores. Calico entendió que eran marines de alto rango, llevaban papeles en las manos y discutían asuntos a tratarse en una reunión, o eso le pareció. Otro de los temas era sobre la seguridad de los barcos de transporte, decían que habían sido atacados por un barco de traficantes  con bandera francesa y que habían secuestrado a todos los tripulantes con fines desconocidos.
-Vamos a tener que reforzar el cuidado con los próximos traslados- decía uno, mostrando un plano de un barco que a Roger le pareció haber visto antes. En es momento recordó que había encontrado a Marcy en un barco parecido a ese mismo. El recuerdo de la muchacha le hacia querér descubrir que estaba pasando y poder volver con ella y con los demás tripulantes, estaba empezando a creer que tal vez la idea de que lo hayan abandonado sería buena, pero creía que era algo mas ,una extraña sensación de estar en otro lugar lo hacía erizarse de pies a cabeza.
 De pronto ,una campanada sonó desde le centro de la ciudad.


-Es la hora, vamos- los marines apuraron el paso, Roger los siguió hasta el centro de la ciudad, se mantuvo alejado para no llamar la atención. En el centro había una plataforma de ejecución, y en lo alto se encontraban dos marines con unos sables enormes , desde las escalera se alzaba un hombre. Era  alto ,robusto, tenía un barba particularmente larga y negra al igual que su cabello, tenia la ropa rota y varias heridas, sin duda era un pirata que había sido cruelmente emboscado. De repente una mujer se acercó a la plaza gritando
-¡Nooo!, ¡por favor no lo hagan! - la mujer sonaba desesperada, como si fuera ella misma quien estaba a punto de ser ejecutada.
-¡No por favor, no lo maten!-  llevaba a un pequeño niño en sus brazos, no era un bebe , era lo suficientemente grande como para caminar por su cuenta lo que hacía que la mujer tuviera dificultad para cargarlo.


-¡Almirante Silver!- Grito un marino cerca de la plataforma- ¡Mire! esa esa la almirante Jackman.
Jackman, a Roger le sonaba ese nombre aunque no recordaba de donde. El Almirante miró sobre la gente y pudo ver lo que le advertían.
-Almirante Jackman, como osa venir aquí después de su acto de traición. No pensé que podría ser tan estúpida- El Almirante alzó la mano – Atrapenla
-¡Nooo!- grito el pirata a punto de ser ejecutado - ¡corre por favor!, ¡salvate!. No me arrepiento de nada, por favor salvate y salva a...- el almirante golpeo al pirata con su rodilla y lo tomo del cabello levantando su rostro. Roger se sentía furioso a pesar de no incumbirle el asunto no podía ver como golpeaban a un pirata.


-¡No seas tonta Jackman!, si intentas escapar lo único que harás sera acelerar la muerte de tu amado pirata- Roger entendió un poco a que se referían al llamarla traidora, en se momento el pirata volvió a gritar.
-¡Hazlo!, por favor- una lagrima callo sobre la mejilla del pirata. Roger pudo ver como la muchacha tomaba algo de su espalda, estaba muy lejos para ver que era, estaba tan lejos que escuchaba lo que decían gracias a que estaban gritando.
-¡Perdón!, ¡Perdoname!- la mujer se llevo la mano del brazo con el que cargaba al niño a la cara en un intento de aguantar el llanto pero no lo logró y en ese momento saco una pistola de su espalda y sin apuntar, disparo sobre el almirante, que recibió el impacto en su hombro.
-¡Maldita!, ¡Que no escape!- Roger vio como el disparo había servio como distracción y ahora la muchacha corría hacia el muelle.
-¿Que hacemos con el pirata, señor?- dijo uno de los marines con los sables de ejecución.
-¡Maten a ese maldito!- luego de decir esto el Almirante tomo un arma y corrió en dirección al muelle. Roger lo siguió pero se detuvo un momento en la plaza y miro hacia la plataforma. Sonó una campanada y los sables  se prepararon para darle fin al pirata, cuando este miro a Roger con un sonrisa y cayéndole una cristalina lagrima por su mejilla, sonó la segunda campana y con esta su fin. Roger se sentía mal, como si estuviera triste, aunque esto no era propio de el, había matado a miles de piratas y marines a lo largo de sus viajes sin sentir pena por ninguno pero la muerte de aquel pirata lo había conmovido, mas bien enfurecido. En ese momento un marine que corría hacia el muelle le grito
-¡Ey!, estúpido, alejate de aquí no ves que... - antes de que pudiera decir algo mas Roger lo golpeo con el mango de su sable y lo hizo volar unos metros.
-¿Pero que?- Tartamudeo otro marino que venia por detrás y con este se abalanzaron cerca de cien mas sobre Calico.
Roger corrió hacia el muelle, pero por entre el pequeño bosque que rodeaba la ciudad, así llegaría mas rápido que lo marines. No sabia porque lo hacia, solo corría, corría mas rápido que la vez que lo perseguía un tigre, mas rápido  de lo que alguna vez haya  corrido en su vida, corría, corría...
Cuando llego al muelle pudo ver como los barcos amarrados al muelle se alejaban, nadie quería saber de nada que incumbiera a la Marina y menos a una traidora. Sin detenerse Roger corrió asta su barco que, para su sorpresa, estaba aun allí en el muelle  sin ningún daño. El Almirante y unos Marines estaban cerca de allí y estaba arrinconando a la  mujer. Roger se acerco mas y pudo notar como era el aspecto de esa mujer. Era una mujer que le resultaba muy familiar,  era muy parecida a Marcy aunque su cabello era diferente.
-No tienes escapatoria, ¡Traidora!, no huyas mas y entregate a la justicia, tu y ese pequeño bastardo hijo de un sucio pirata. - el Almirante estaba furioso, tanto que parecía haberse olvidado de la herida de su hombro. Roger pensó que si quería intervenir ese seria el mejor momento, pero justo en ese instante la mujer sacó otra pistola, cuando apunto al Almirante este le disparo en la mano haciendo que el arma caiga en la húmeda arena de playa.
Ya no había otra opción, si no actuaba, matarían a la mujer y a el pequeño niño así que Roger corrió y con la misma velocidad, valía y fuerza que siempre lo habían caracterizado tomo la pistola del piso y apunto al almirante.
-¿¡Que haces?! estúpido- dijo el almirante sorprendido- ¿Quien eres?.
-¿No sabes quien soy ?- dijo Roger- Eso no te lo puedo perdonar- luego de esto Roger disparo la pistola que por culpa del agua de la arena no logro detonar eficazmente e hizo un gran estallido que daño un poco la mano de Calico, pero aun mas el rostro del Almirante.
-¡Corre, ese es mi bote!, ¡vamos! – dijo Roger teniéndose la mano que le sangraba un poco. La mujer lo miró extrañada pero no había tiempo ni para la sorpresa, corrió y subió al barco de Roger, que estaba un poco dañado.
Roger aprovecho la confusión y tomó al Almirante gravemente herido por la espalda, le puso su sable en el cuello y grito amenazante.
-¡Si alguien se mueve le abriré el cuello a su querido Almirante!, ¡entendido!- los Marines lo miraron sorprendidos pero nadie movió un musculo. Roger se acerco como pudo al barco donde ya estaba a bordo la mujer y el niño, luego subió aun con el Marino en sus brazos.
Luego que se alejaron un poco Calico lanzó a su rehén al agua.
-¡Eres un imbécil!- dijo el almirante con esfuerzo-¡ no podrás huir de estas aguas!. Nunca te perdonare esto pirata, ni a ti, Elizabeth, traidora.
Elizabeth, ese nombre le retumbo en todo su ser. Elizabeth Jackman, acusada de traición hace diez años, que con la ayuda de un extraño que estaba en el muelle pudo huir de los marines. No había otra opción, no tenia otra respuesta, sin duda ella era su madre y ese niño era...
Roger estaba parado cerca del borde del barco mirando a el horizonte con la mirada perdida. Intentaba buscar la lógica, intentaba huir de ese lugar, huir volando hasta su casa con Calipso, quería poder estar bebiendo Ron con su tripulación, quería poder estar con Marcy. Cerró los ojos queriendo despertar en el Barredor, en aquella sucia cubierta, quería sentir los gritos de Tew que lo despertaban. Pero no fue así, cuando abrió lo ojos seguía parado junto al borde del barco mirando el horizonte que ahora estaba lleno de barcos de la marina. Para donde quiera que miraban había barcos con banderas blancas.
-¿Que hacemos ahora?- gritó Elizabeth. Roger la miró con admiración, sentía una increíble paz al mirarla, como si todos los deseos se le hubiesen cumplido , como si en ese momento  el dibujo que siempre guardaba en su bolsillo se hubiese echo realidad y fuera mil veces mas fuerte.
-Si seguimos derecho podremos escapar por el Triangulo de la Muerte , allí no nos seguirán , pero no creo que logremos llegar hasta allí ya están muy cerca- Elizabeth hablo con voz nerviosa y agitada como si le faltase el aire. Pero Roger no contesto, el ya sabía que iba a hacer, sabia que era lo único que tenia que hacer.


-No te preocupes, yo me voy a encargar-
Roger cargo un cañón que tenia en la parte trasera del barco y sin apuntar  lo detonó haciendo que el impacto destruyera prácticamente por completo el pequeño barco de la marina que mas se había acercado a ellos. Volvió a cargar el cañón y una vez mas disparó para terminar de destruir por completo el barco, dejando en el agua solo grandes partes de madera flotante. Roger se paró en la barandilla del barco
-¿Que haces?, ¡te van a matar!- dijo Elizabeth abrazando al niño que lloraba sin parar en sus brazos.
-No te preocupes mama, no me harán daño, no hay nada que pueda hacerme daño ahora- Diciendo esto y ante la mirada sorprendía de Elizabeth, Roger salto al mar cayendo en una de las maderas que flotaba en el agua que juntas hacían un camino hacia donde los barcos de la marina se acercaban .
-¡NO!-gritó Elizabeth, que se acerco un poco a la baranda para mirar.
Roger camino por las maderas mientras pensaba, había caído en la idea que aquel pirata que había sido ejecutado en la ciudad  era su padre. Ahora entendía ese sentimiento al verlo a los ojos , ahora comprendía porque quería ser un pirata, lo llevaba en las venas. A pesar de que Calipso no le haya contado esta verdad nunca, no sentía rencor, en ese momento no podía sentir otra cosa que alegría , a pesar de de todo había compartido un momento con su madre y eso lo hacia feliz. Tomo el dibujo de su bolsillo y lo apretó fuerte en su manos mientras el barco donde estaba su madre se alejaba a tras el en dirección al Triangulo de la Muerte.


Los barcos de la Marina no tardaron en llegar asta donde Roger estaba, algunos marines bajaron en pequeños botes . Roger lucho con muchos, sin duda era el pirata mas temido del mar, todos caían con el poder de su estocadas. Motivado por el recuerdo de sus padres luchaba sin parar, no podía quitarse de la cabeza a sus tripulantes , no , a sus amigos, comprendía que nunca mas los vería, que  nunca  podría jugar mas a los dados con Tew ni  pescar con Edwards, que nuca podría contarle todo a Calipso y que nuca mas podría ver la sonrisa de Marcy.
Por mas fuerte que Roger podría ser, los marines lo superaban en numero,  ya no tenia fuerza en sus brazos así que soltó las espadas y calló de rodillas. El barco donde su madre estaba tendría que haber llegado ya a el Triangulo así que ya había cumplido su parte. A pesar de estar triste por no poder ver mas a sus amigos, sabría que el mismo se lo agradecería en algún momento, sabia que era necesario, para que algún día ese pequeño Roger pudiera vivir todas las maravillosas aventuras que el había vivo y que pudiera conocer a esos amigos que lo acompañaran en esas aventuras.
Un estruendoso rayo retumbo en la lejanía. Todo había acabado.
- ¡Que buena historia abuela!, pero hay algo que no entendí-
-¿Que es lo que no entendiste?-
-¿Porque el Capitán Roger no cambió las cosas?, ¿porque no salvó a su madre si el era el mejor y mas fuerte?-
-Bueno, mi querido nieto, esa era una batalla en la que Roger nunca podría triunfar, esa era un enemigo al que Roger nunca podría vencer-.
-¿Cual?-.
-El destino pequeño Calico, el destino-.        



Espero aya quedado bien cuando lo pase a la Pc se se cambio el formato espero puedan leerlo sin problema.


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